La relación entre las compañías y las personas cambia. Antes a una marca se le pedía que cumpliera con lo que prometía en cuanto a producto y servicio, a poder ser a un precio accesible. Después se le exigió transparencia, cuidado con el medioambiente. Tras el propósito llegaron las estrategias customer centric: poner en el centro al cliente y entenderlo para diseñar las soluciones que mejor le satisfagan. Hoy el concepto es el de human centric, algo tan sencillo como hacer sentir bien a las personas.
¿Qué beneficios obtienen las marcas al apostar por una estrategia human centric? ¿Cuáles son las claves para desarrollar esta metodología?
Descubre la respuesta a estas preguntas en el informe ‘Por qué es importante hacer sentir bien a las personas: del propósito a las compañías human centric’ elaborado por el equipo internacional de Llorente & Cuenca